¿Cómo funciona?
El principio de funcionamiento es bastante sencillo. Cuando el tornillo se coloca inclinado en un cuerpo de agua (o material), la rotación de la hélice genera una fuerza que empuja el líquido hacia arriba a medida que las espiras giran. A medida que el tornillo gira, el agua queda atrapada en las cámaras entre las espiras y el tubo, y se mueve en espiral hacia arriba hasta salir por el extremo superior del dispositivo.
Aplicaciones históricas
En la antigüedad, este ingenioso mecanismo era utilizado principalmente para el riego de campos, permitiendo que los agricultores llevaran agua de ríos o canales a terrenos más altos. También se utilizaba en sistemas de drenaje y minería para eliminar agua de túneles o minas inundadas.
Aplicaciones modernas
1. Estaciones de bombeo de aguas residuales: En plantas de tratamiento de agua, el tornillo de Arquímedes es ideal para bombear grandes volúmenes de líquido sin causar daño a la fauna o generar turbulencias que puedan afectar el proceso de tratamiento.
2. Plantas hidroeléctricas: Se ha adaptado para generar electricidad en microcentrales hidroeléctricas, aprovechando la fuerza del agua en movimiento para hacer girar el tornillo y generar energía.
3. Sistemas de riego agrícola: En algunas zonas rurales, el tornillo de Arquímedes aún se utiliza para elevar agua de ríos o pozos hacia los campos, aprovechando la energía del viento o de motores de bajo consumo.
4. Industria alimentaria: Se emplea para transportar productos como cereales o polvos en fábricas, gracias a su capacidad para mover materiales de manera eficiente y controlada.