México, lunes 6 julio 2020.- El sargazo pelágico, que llega masivamente al Caribe mexicano desde 2014, contiene elementos como arsénico, cobre, manganeso y molibdeno, que en altas concentraciones pueden ser dañinos para la humanidad, la flora y fauna local, afirmó Rosa Elisa Rodríguez Martínez, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, con sede en Puerto Morelos, Quintana Roo.
En un estudio liderado por la universitaria (2018 y 2019) en el que analizaron 63 muestras de estas macroalgas en diferentes localidades, también encontraron aluminio, calcio, cloro, cobre, hierro, potasio, magnesio, fósforo, plomo, rubidio, azufre, silicio, estroncio, torio, uranio, vanadio y zinc, entre otros, se señala en un comunicado de la UNAM.
Arribo del sargazo
Desde que se inició la llegada masiva de sargazo a nuestras costas, una preocupación fue la presencia de metales pesados y metaloides, porque las algas pardas contienen alginatos que favorecen su absorción, y porque ya había algunos reportes en otros lugares del Caribe de elementos tóxicos. Sin embargo, hasta ahora todos los estudios que se habían hecho eran en un solo lugar o en un mes específico, resaltó.
El sargazo empezó a arribar a las costas de Quintana Roo desde finales de 2014, intensificándose en 2015; en 2018 el volumen fue exagerado, su llegada continuó hasta septiembre de 2019, y después decayó.
En los últimos cuatro años han llegado a nuestras costas millones de toneladas, y muy pocas han sido removidas; su acumulación y descomposición afectan severamente los ecosistemas costeros, las playas, arrecifes de coral, pastos marinos, manglares y posiblemente al acuífero, que es la única fuente de agua dulce en la región, alertó la experta.
Contaminación del manto acuífero
En 2018 los universitarios comenzaron a registrar la mortalidad de fauna marina como peces, crustáceos y moluscos. También el deterioro de corales, como resultado de una epidemia denominada “síndrome blanco”, y aunque no está comprobado que se asocia al sargazo, “sabemos que la baja calidad del agua contribuye a la muerte de estos organismos”.
Considerando los resultados obtenidos, la universitaria recomendó analizar la acumulación de elementos tóxicos del sargazo antes de utilizarlo en la industria alimentaria y farmacéutica, o evitar su uso.
Utilidad industrial
Una forma de resolver este problema sería encontrar usos industriales para las macroalgas. Se exploran varias formas, como la elaboración de fármacos y alimentos de uso humano y veterinario, pero la presencia de elementos como el arsénico es una limitante.
De igual manera, se estudia cómo remover los elementos tóxicos, pero se deben hacer pruebas de costo-beneficio para determinar la viabilidad de su uso industrial, remarcó.
Asimismo, se experimenta mezclarlo con resinas para producir diferentes materiales, como bloques de construcción, tapas de registros y de coladeras, o muebles para jardín, informó.
Finalmente, Rosa Elisa Rodríguez indicó que tras sus estudios llegaron a la conclusión de la urgencia de remover el sargazo de las playas y costas antes de que se descomponga, para evitar que los metales y elementos que contiene se acumulen en la zona marina y continúen dañando a la fauna y flora de la región. (Con información de Diario de Yucatán)